Aprender mejor. Es hora de disfrutar de una experiencia de aprendizaje realmente mejor.
Antes de la pandemia de COVID-19, la educación estaba experimentando una transformación que continuará mucho después de que la amenaza del virus haya desaparecido. Las experiencias que los estudiantes, profesores y administradores han tenido durante la pandemia probablemente han acelerado y ampliado las tendencias en educación que ya estaban en marcha. El aprendizaje online y combinado ha puesto de manifiesto desigualdades y un buen número de entornos físicos de aprendizaje incapaces de satisfacer las necesidades pedagógicas y de tecnología. Además, el bienestar se ha visto afectado y estudiantes y profesores han tenido dificultades para enseñar y aprender de manera efectiva.
Lo que estudiantes y profesores necesitan y esperan
Cada uno de ellos ha experimentado cosas muy diferentes mientras aprendía o enseñaba desde casa. Esas experiencias han dado forma a sus expectativas sobre cómo quieren que sea la formación en el futuro. Dentro de las expectativas están:
Estar y sentirse seguros
Las instituciones educativas nunca habían tenido que ayudar en la mitigación de la propagación de una enfermedad, pero ahora las personas son conscientes de la existencia de las pandemias y tienen nuevas expectativas sobre la calidad del aire, la limpieza de las instalaciones, el distanciamiento social, la densidad y el cumplimiento de los protocolos de seguridad que no existían o no se contemplaban antes de la pandemia.
Un mayor sentido de pertenencia
Tanto estudiantes como profesores y administradores indican que se han sentido aislados y desenfocados. Para hacer frente a este avance, las instituciones educativas deberán contar con un enfoque de la educación más centrado en el ser humano que genere un sentido de pertenencia. Carecer de un sentido de pertenencia afecta negativamente tanto a profesores como a estudiantes. La falta de bienestar de los estudiantes, por ejemplo, está relacionada con menores tasas de rendimiento, retención y graduación, lo cual afecta directamente a la financiación. Asimismo, el agotamiento de los profesores tiene como resultado un mayor absentismo, falta de bienestar, un aumento de los costes de atención médica y un mayor índice de rotación.
Ser efectivos
El aprendizaje on line presenta nuevos desafíos en comparación con un aula tradicional. Según un informe de McKinsey, una parte importante de los estudiantes afirma que el COVID-19 ha afectado a su predisposición, voluntad o capacidad para ingresar en una institución de educación superior. Por ejemplo, el 30% de los estudiantes de secundaria sienten que no están académicamente preparados para ir a la universidad. La capacidad de los estudiantes para tener éxito en un entorno de aprendizaje a distancia también difiere mucho según el nivel de ingresos. Menos de la mitad (el 40%) de los estudiantes de hogares con un menor ingreso afirman poder tener acceso al equipo necesario para el aprendizaje remoto en contraposición con el 72% de los estudiantes de hogares con ingresos elevados.
Ser efectivos
El aprendizaje on line presenta nuevos desafíos en comparación con un aula tradicional. Según un informe de McKinsey, una parte importante de los estudiantes afirma que el COVID-19 ha afectado a su predisposición, voluntad o capacidad para ingresar en una institución de educación superior. Por ejemplo, el 30% de los estudiantes de secundaria sienten que no están académicamente preparados para ir a la universidad. La capacidad de los estudiantes para tener éxito en un entorno de aprendizaje a distancia también difiere mucho según el nivel de ingresos. Menos de la mitad (el 40%) de los estudiantes de hogares con un menor ingreso afirman poder tener acceso al equipo necesario para el aprendizaje remoto en contraposición con el 72% de los estudiantes de hogares con ingresos elevados.
Un mayor control
El estudio de evaluación del entorno para el aprendizaje de Steelcase (LEE, por sus siglas en inglés) ha revelado que tanto estudiantes como profesores desean tener un mayor control sobre sus entornos de aprendizaje. Las personas quieren tener la posibilidad de poder elegir dónde aprender o trabajar y de adaptar los espacios en función de la tarea que estén realizando. El estudio LEE revela un aumento del 92% en los estudiantes que afirman que pueden mover el mobiliario para poder llevar a cabo sus actividades de aprendizaje. La cifra de profesores que afirma estar de acuerdo o muy de acuerdo con la pregunta de si desearían tener la posibilidad de mover el mobiliario para colocarlo de distintas formas asciende al 47%. El acceso a soluciones móviles y a diferentes opciones de asientos y posturas fomentan la motivación e implicación.
Para poder crear mejores experiencias de enseñanza y aprendizaje que proporcionen a estudiantes y profesores lo que quieren y esperan, las instituciones deberán centrarse en cuatro macro cambios en su manera de concebir el espacio.
Diseño de centros de enseñanza más seguros
Las estrategias de comportamiento, como el uso de mascarillas y el distanciamiento, deben mejorarse con cambios en el entorno. Las instituciones educativas pueden hacer que sus edificios sean aún más seguros diseñando de manera intencionada las instalaciones de forma que ayuden a mitigar la propagación de enfermedades. Comprender cómo se mueven los patógenos a través de un entorno ayudará a las instituciones educativas a desarrollar nuevas estrategias sistémicas para ayudar a prevenir contagios
Diseño para la efectividad
Estudiantes y profesores han tenido que esforzarse mucho durante la pandemia. Ha disminuido la efectividad del aprendizaje y la enseñanza. En el futuro, estudiantes y profesores van a necesitar entornos de aprendizaje multimodales que equilibren las necesidades individuales y grupales y múltiples modos de aprendizaje. Por ejemplo, las bibliotecas podrán ser diseñadas de manera que permitan trabajar en grupo y no solo estudiar de manera individual. Los centros también deberán contar con espacios que permitan mejores experiencias de aprendizaje mixtas e híbridas.
Diseño para la inspiración
Las personas quieren sentirse inspiradas, necesitan sentir que forman parte de algo importante. Las instituciones educativas deberán crear un sentido de pertenencia y fomentar la comunidad. Si los estudiantes pueden conectar con sus profesores y tener acceso a espacios inspiradores con una comunidad sólida se pueden lograr mejores resultados en el aprendizaje. Los entornos para el aprendizaje diseñados de manera intencionada pueden fomentar interacciones significativas y poner de manifiesto que el cambio y la adaptación forman parte de la cultura y son algo que debe aceptarse.
Diseño para la flexibilidad
Históricamente diseñados para la permanencia, los edificios han estado dominados por la arquitectura, la electrificación y el mobiliario fijos. En el futuro, las instituciones educativas ofrecerán entornos más flexibles que podrán adaptarse fácilmente para albergar múltiples modos de aprendizaje. Los centros educativos deberán contar con espacios de usos múltiples que sean capaces de admitir diversos tipos de actividades. los espacios deberán poder ampliarse o reducirse fácilmente según las necesidades.
Aunque vivir una crisis no ha sido fácil para nadie, ha acelerado cambios que ya estaban en marcha para mejorar la experiencia de aprendizaje. Los responsables de la educación pueden aprovechar este momento como un catalizador para reinventar los espacios de aprendizaje y explorar nuevos enfoques para desarrollar una educación de calidad.
Fuente: Steelcase